No se permite la objetivación sexual en Jigidi.

Encuentra rompecabezas eróticos en otros sitios en línea

Jigidi no es una plataforma abierta a todos los contenidos. No podemos estarlo con el fin al que insistimos en aportar valor: hacer crecer lo común.

Si la falta de rompecabezas eróticos y el bajo nivel de objetivación sexual es un obstáculo para ti, deberías probar otros sitios de rompecabezas en línea que no comparten la filosofía de moderación con Jigidi. Hay muchas páginas de puzzles con categorías eróticas. Prueba a buscar en Google puzzle erótico online.

Si, de hecho, no es un problema para ti, pero no sabes por qué y cómo moderamos la objetivación sexual, sigue leyendo.

Primero, los POR QUÉ.

¿Sufre Jigidi de un grave caso de corrección política? ¿Tenemos que llamar a alguien?

No. Nuestra postura sobre la objetivación sexual flagrante es la de un punto de vista biotécnico, no moral.

Para entender la mecánica de la descarada objetivación sexual en Jigidi, imagínate por un momento en tu sofá viendo un combate de boxeo (siéntete libre de añadir bebida y patatas fritas a la situación).

¿Ves al entrenador gritándole al boxeador? El entrenador está encima de él. Le golpea con fuerza en la barbilla, el pecho y el hombro. También le empuja. Sólo su agresividad general para poner al boxeador en un estado de ánimo que, en cierta medida, le garantice un buen rendimiento en el ring.

Todo eso es adecuado en ese momento. Pero difícilmente ideal como despedida y buena suerte para cualquiera en cualquier situación. La entrada del entrenador está diseñada para poner al boxeador en un estado mental específico para que actúe de una determinada manera.

Del mismo modo, los rompecabezas que creamos o se nos ocurren pulsan botones en cuanto a nuestro estado de ánimo.

Cuando revisamos los rompecabezas, nos detenemos en los que parecen presionar demasiado los botones que impulsan un comportamiento que no añade valor a Jigidi.

Valores de Jigidi

Todos tenemos más en común que lo que nos separa. Es banal, es cierto y es muy poderoso.

Todos funcionamos con el mismo combustible y nos enamoramos y desenamoramos del mundo cada día. Buscamos conexión, seguridad, crecimiento e inspiración. Y cuando nos comunicamos, la nueva inspiración se engancha en nuestra memoria y nuestro entendimiento, de modo que se enriquecen y crean un nuevo movimiento en nuestro interior.

La comunicación desde dentro del terreno común lo amplía efectivamente, y esto es algo a lo que hay que aspirar. Pero requiere una línea abierta entre nosotros, y la objetivación sexual no es una lente inclusiva. Tampoco pretende serlo.

Erotic Desires se dedica a optimizar los deseos eróticos. Y punto.

Y todo eso está muy bien dentro de la zona erótica, pero estar en la zona te convierte en un pésimo compañero rompecabezas de Jigidi.

Le dedicaremos unas palabras más.

Sabemos por la neurociencia que los fuertes deseos eróticos crean una visión de túnel en la mente. Cuando -en la zona- tomamos decisiones que buscan optimizar el placer erótico a expensas de otras preocupaciones como, por ejemplo, la empatía, el respeto y la curiosidad en asuntos ajenos a la zona erótica.

Esto es para los que encuentran la imagen agradable y están dispuestos a recibir aportaciones desde una perspectiva erótica.

Luego está el grupo que se encuentra cosificado en el puzzle. Pueden declararse "inapropiados" a falta de un término mejor. Inapropiado suena como si estuvieras emitiendo un juicio moral sobre algo. Nos preocupan más las emociones desconcertantes que fluyen al ser cosificado.

La descarada objetivación sexual es algo a lo que nos hemos acostumbrado. Difícilmente lo consideramos erótico al mirarlo, pero tu mente sí lo hace y responde con emociones que, en no poca medida, dirigen tu atención y tu comportamiento. Por lo tanto, las directrices se aplican tanto a los rompecabezas publicados como a los no publicados.

Hasta aquí los porqués - ahora vienen los CÓMOS.

¿Cómo moderamos esto?

Lo que buscamos es que se aporten otras cosas, de modo que ya no estemos en compañía de la descarada objetivación sexual, sino que hayamos llegado a la zona del arte, la historia, la comedia, etcétera.

Esto lo convierte en un contenido con potencial para inspirar al observador más allá del estado binario de "¿podría?", "¿lo haría?".

Criterios de revisión

Cuando revisamos rompecabezas, lo hacemos a través de los siguientes lentes:

• ¿El título del puzzle justifica una infracción de las normas?
  Un título o una descripción sexualmente objetivadores son reveladores de la intención y la interpretación más común del rompecabezas.
• ¿Aporta la imagen algo más que una descarada cosificación sexual? ¿Y de una forma tan sustancial que el puzzle adquiere otro enfoque global?
  ¿Arte, historia, comedia u otra cosa?
• ¿Cuáles son las reacciones de tus compañeros? ¿Cómo responden al rompecabezas?
  ¿Los comentarios objetivan sexualmente a alguien, lo que constituye una infracción de las normas?
• ¿El creador está subiendo muchas imágenes que aparentemente buscan poner a prueba la línea? ¿Tiene el creador un perfil que parece centrado en conflictos políticos, contenido ridículo, objetivación sexual o cualquier otra cosa que suponga una violación de las directrices de Jigidi?

Reacciona cuando nos encuentres equivocados

El equipo de Jigidi revisa los puzzles enviados siguiendo las directrices, lo mejor que puede. Somos conscientes de que la subjetividad del proceso es frustrante, pero sigue siendo el mejor proceso posible que podemos ver en este momento.

Sin embargo, la línea de la objetivación descarada es endeble, y a menudo dudamos sobre dónde trazar el límite. Y a veces podemos ir demasiado lejos cuando intentamos transmitir el mensaje de "¡no a la cosificación sexual!".

Así que sí, puedes echarte atrás si encuentras una imagen que expresa más dominantemente una intención y un enfoque que el de atraer descaradamente. En este sentido, si quieres destacar un encuadre concreto de una imagen, puedes escribir en tu descripción desde qué ángulo la ves. Esto influye mucho en la interpretación, la de tus compañeros y la nuestra.